Si se entiende la vida como
una creación personal y no como una existencia objetiva capaz de ser mirada
desde afuera, entonces se puede pensar cómo se está haciendo, cómo se está
creando, cómo cada uno transita su vivir.
La vida no es un sistema ajeno a uno mismo, ni una
entelequia, ni un paisaje o vivencia depositada en el mundo exterior: la vida
es lo que cada uno está siendo capaz de crear, lo que cada uno está haciendo en
cada instante. Es el mapa personal, las coordenadas generadas por cada quién.
La vida no se puede mirar como se mira un cuadro; no se puede observar como un
proceso o situación que ocurre en la vereda de enfrente. Es inherente a la
existencia de cada uno.
Este proceso es individual
ya que no podemos armar la vida a otros ni por otros: es inherente, intrínseco,
propio. Alguien me dijo que “el árbol de la calle” existe sin mi presencia, lo
cual es verdadero para mí. Pero ese árbol está incluído en el mapa de mi vida
de una manera particular, con un determinado sentido; no es el mismo “árbol de
la calle” para otro, porque para ese otro está incluído de otra manera en el
mapa de su vida.
No existe entonces aquello
de que la vida “me hizo” tal o cual cosa, que la vida “me obligó a”, o el
famoso “vamos a ver qué me depara la vida”. Porque no hay un fenómeno externo
que me determine, que me haga, que me obligue ni que me depare. Son las
decisiones que toma cada uno en cada momento, son sus deseos, sus proyecciones,
lo que hace y lo que deja de hacer.
Llevados al problema de una situación de vida disarmónica, de un estado del vivir conflictivo, agresivo, intolerante o
simplemente triste, la pregunta es: ¿qué
es lo que hace que una persona que transcurre sus días con un sufrimiento que
tiene solución continúe en ese sufrimiento sin intentar resolverlo? ¿qué es lo
que determina que alguien –a sabiendas de que vive en pena- decide seguir
viviendo en pena?
En esta vida que nos estamos
haciendo interactuamos con las otras vidas que los otros se están haciendo, en
un enredo difícil y riquísimo. Entonces suceden hechos y situaciones que no
dependen de nosotros ni de nuestras decisiones. Pero sí depende de cada uno el
qué se hace con estas situaciones… ¿nos sentamos a llorar y nos abandonamos a
la inanición? ¿nos entristecemos profundamente para luego seguir adelante con
fuerza y decisión? ¿le echamos la culpa a la suegra, al gato, al marido o a los
hijos? ¿nos alegramos infinitamente y confiamos en el “buen destino”? Qué se hace a partir de cada situación, cómo se para cada uno, cómo dispone, cómo transita
sus sentimientos y emociones, esto es parte de la vida creada por cada uno y
son las cartas que cada quien puede jugar.
Cuando se siente que se está
viviendo mal, se toman distintos caminos. Como ejemplos: algunas personas quedan
atrapadas en un círculo vicioso viviendo y re viviendo los mismos conceptos,
estructuras y polémicas que los condujo a la situación problemática. Otras
personas se centran en sí mismas y repiten sus razones, sus verdades, sus
pensamientos una y otra vez sin lograr mirar la existencia del otro ni
contemplar la posibilidad de que esté equivocada. Otro camino es hacer un
esfuerzo por tratar de entender cómo se está funcionando, qué es lo que está
causando daño; identificar lo que no sirve para el objetivo planteado o qué
causa tanto malestar. Y una vez detectado el funcionamiento que no sirve,
esmerarse en tratar de construir de otra manera, de hacer las cosas diferente,
o simplemente entender un poco más, abrir otras posibilidades, incluir otros
pensamientos y otras formas de hacer las cosas.
Cuando el esfuerzo, el gasto
de energía, es ganar la batalla y todas las batallas, el juego puede volverse
muy agresivo. La persona entiende que tiene la razón, tiene la verdad, los
demás están en su contra o le están haciendo daño; entonces hay que ganar, hay
que demostrar que los otros están equivocados, denunciar el daño que hacen para
seguir por el buen camino.
Cuando el esfuerzo apunta a
detectar qué es lo que está haciendo daño, y emprender el difícil camino de
inventar otra forma, experimentar cambios, percibir distintas posibilidades,
entonces el juego se vive con intensidad. Vale el esfuerzo, vale el gasto de
energía. Vale porque se está peleando por una vida mejor, vale porque se está
apreciando lo que se consiguió, lo que se tiene, lo que se puede. Y porque se
valora la existencia del otro como un diferente.
Sea como sea, lo que parece
realmente importante es que cada uno sepa que está decidiendo cómo vivir.
Emprendió el juego, ya sea el de ganar batallas, ya sea el de corregir e
intentar, ya sea el de dejar todo como está y sufrir. Cada uno es responsable
de cómo está viviendo. No hay excusas. No hay culpas. No hay explicaciones ni
se está determinado. Cómo se vive esta vida, la que tenemos, es decisión y
responsabilidad de cada uno y va a depender de cuál es el juego que se esté
decidiendo jugar.
Un comment cortito:
ResponderEliminarTengo un dìa de "quemazón" digamos. Es como que quisiera que dos o tres personas hicieran lo que respondieran a pies juntillas a mis expectativas. Y eso se que claramente no va a pasar. Pero igual me fastidia.
Voy mal verdad?
En resúmen, bueno, que tengo las riendas en mis manos, pero no me quita el enojo o la molestia de tener que soportar cierto grado de frustraciòn y eso me deja por momentos enchufado a 220.
En fin, no es un buen camino. Estoy demasiado batallador, de hecho, rebelde diría. Y por eso no quiero empatizar, estoy rebelde!!! Jojojo. No se, de repente tengo que buscar un cable a tierra. O aprender a manejar mejor las frustraciones.
Por lo menos por un tiempo, hasta que pueda superar esta situación relativamente circunstancial.
En fin, vine a hacer una catársis. Perdón si me aprovecho un poco del espacio de esta manera y no aporto cosas mucho màs allá de lo visceral y personal.
Abrazo!!
Para que se vaya el enojo o el fastidio porque las personas no llenan las expectativas de uno o porque no están tapando bien nuestros agujeros, hay que realmente estar convencido que "el otro" es realmente otro, con sus dificultades, sus arrebatos, sus fortalezas sus necedades y más... otro. Y además ese otro es independiente, y además está realizando la difícil tarea de armar lo mejor y más armónicamente posible su vida, igual que uno. Entonces a lo que iba: hay que estar realmente convencido, hay que darse cuenta de verdad que nadie está a nuestro servicio ni es nuestro complemento, los demás no están para llenar nuestros agujeros, si lo hicieran no nos gustarían porque serían lacayos y débiles; y tampoco van a cumplir nuestras expectativas porque bastante difícil es cumplir las propias... Así que en estas cosas -esenciales- hay que saber que uno es uno y se las tiene que apañar para resolver sus cosas; en lo esencial somos solos, y está bueno porque nos permite respetar a los demás en lugar de pretendar que haga o sienta esto y aquello...
ResponderEliminarCatarsis dijo? jajaja Los espacios por suerte sirven para todo!
" hay que realmente estar convencido que "el otro" es realmente otro, con sus dificultades, sus arrebatos, sus fortalezas sus necedades y más... otro. Y además ese otro es independiente, y además está realizando la difícil tarea de armar lo mejor y más armónicamente posible su vida, igual que uno"
EliminarEsto último, de ver al otro como un simple mortal más como uno, con todos sus defectos y virtudes también al igual que uno me resulta bastante... "útil" diría. Y sano.
Lo que pasa que a veces resulta dificl, me resulta dificil, (y esta es una de esas) en las que el otro realmente tiene algo para aportar pero también tiene cosas que que no me agradan, que me molestan, directamente. Y bueno, ahí hay como un equilibrio entre una cosa y otra que hacen que uno se quede o se vaya, o que putee de más o de menos.
Y hoy quiero putear.
Pero volviendo a lo que me decís, creo que debe ser realmente importante entender eso de que el "otro" no está ahí para resolvernos las cosas, ni llenar nuestra incomplitud. Esa incomplitud quizà perenne, no?. Si no, como mejorar si ya tuvieramos todo?.
En fin, eso, que hay cosas que tengo que buscar por mi cuenta. Sí, en general creo que lo hago, pero creo un poco lo duro, lo profundamente frustrante, es que la meta a veces parece estar ahí, a unos metros y entonces me pongo contento, feliz. Y de repente no se, la meta no es tan "ideal" como imaginaba o de repente se corrió para más adelante y hay que posponer la recompensa, el logro.
Ahora, otra cosa: el asunto también es que las cosas son experimentadas desde varios sentidos, o sea, uno espera del otro o los otros. Y al mismo tiempo sucede a la inversa...
Eso también molesta bastante. Entonces... cual es su receta doctora :P
Uno se queda?, se va?, aguanta?. Siento que vuelvo al punto de la balanza del equilibrio entre lo que suma y lo que resta.
Jaja, y ojo. Todo esto tiene que ver y no tiene que ver con relaciones de pareja!!!! Jajajjaaj Digo, que mientras escribo así medio en el aire, facilmente puede parecer como si todo como se tratara exclusivamente de las expectativas amorosas que uno a veces tiene. Pero tiene que ver con eso, obviamente, pero tiene que ver mucho con las relaciones con las personas en general. Y que siempre, o casi siempre, supongo, involucran afectos de un tipo u otro.
En fin.
Más que aprender a manejar frustraciones, yo te diría que hay que saber ser solo sin que esto cause indefensión; encontrar esa parte de solo, eso tan íntimo donde sabemos que por más que estemos rodeados de gente que nos quiere mucho, en lo esencial, en el eje, somos solos y nos resolvemos el vivir. Me parece que esto hay que aprender, o buscar y encontrarse...
ResponderEliminarY te dejo tranquilo!!! Sino no vas a comentar más nada!! jijiji
Sí, hay que aprender a "ser" solo. En italiano ser y estar son el mismo verbo...
EliminarTe dejo un enlace de una amiga. A veces parece que estamos tan cerca y tan lejos, es lo maravilloso que tiene la red. Sí en lo profundo somo seres solos.
Y cuando estamos más en la superficie nos encontramos con cosas como estas: que gente al otro lado de un enorme mar, casi al mismo tiempo, está pensando en cosas muy parecidas a nosotros http://www.biankahajdu.com/2012/05/12/tiempo-en-solitario/
Muy loco verdad? :)
Are we all that different?, are you just the same as me?
Decía Luca Prodan. Ni una cosa ni la otra.