lunes, 5 de diciembre de 2011

CONCIENCIA Y DECISIÓN (parte 0)

El post de este lunes tenía previsto hablar del tema "Conciencia y Decisión" dividido en dos partes. Pero necesito antes compartir una parte cero.

Los restos humanos que se encontraron en el marco de las excavaciones realizadas en el Batallón 14 corresponden al maestro y periodista Julio Castro.

Este descubrimiento tiene que haber conmovido a gran parte de la población. Julio Castro tenía 68 años cuando lo secuestraron en agosto de 1977 en la vía pública. Ahora todos sabemos que no sólo fue secuestrado: también fue torturado, fue atado de pies y manos y se lo asesinó con un balazo a la cabeza. Uno de los muchos desaparecidos que se convirtió en estos días en un hallado, en una realidad, en una historia viva, en por fin una verdad. Lo que se pretendió quedara en lo no dicho sale a la luz, no sólo con su palabra sino también con su cuerpo que habla, también con la memoria de quienes lo conocieron, también con el amor, el dolor, el recuerdo de quienes lo quisieron.

Conozco personas que no leen o no buscan noticias como éstas, y cuando aparecen, las pasan por alto porque es cosa del pasado. Conozco personas que prefieren olvidar lo que pasó para poder seguir adelante con la vida; dar por superada la historia para abrir el mañana de par en par. Conozco personas que logran apartarse de la emoción que una noticia como ésta produce y la razonan, y en su razonamiento se plantean que esto pasa en las guerrillas, en las luchas, en los enfrentamientos entre bandos, los excesos en este marco existen. A todas estas personas es a quienes dedico especialmente el post de este lunes.

A veces se pretende que los hechos más dolorosos queden en el olvido... "dar vuelta la página"... Digamos que es tentador, sobre todo cuando lo vivido llena de angustia, de zozobra... entonces se quiere olvidar, continuar con la vida. Pero no es así como funciona. La vida no está desintegrada en distintos tiempos: es una sola, toda enredada. El pasado, lo que sucedió, lo que vivimos cada uno y en colectivo, forma parte, está integrado, comprende el momento presente. No existe un presente independiente. No se desprenden los tiempos. El presente incorpora el pasado, vive en lo que somos. Por eso es que no se puede simplemente "dar vuelta una página y comenzar de nuevo". Los seres humanos no comenzamos de nuevo. Nacemos, vivimos, morimos en un tiempo que se entremezcla y se contiene, se entraña, se enreda entre sí. El deseo, la idea o la imposición de dar vuelta las páginas no tiene sentido. Aunque se trate de imponer, se suplique o se legisle sobre la idea del olvido sencillamente no es posible, no está dentro de los "poderes del Hombre".

El pasado vive con nosotros los que vivimos. Está integrado. Nos forma tanto como lo actual. Entonces tenemos que saber qué resolución le damos a los conflictos, a los pendientes, porque ellos no se olvidan: se toma conciencia y se decide. La toma de conciencia y las decisiones pueden ser individuales o colectivas, pero lo auténtico es enfrentar el conflicto y desenredarlo, no clamar por el olvido.

Pero además, en estos días algunos se enteraron de una cuestión muy importante que muchos ya sabían: en nuestro país también, en este pasado tan reciente, no sólo se mató a quienes peleaban en el marco de una guerrilla; aquí hubo terrorismo de Estado, aquí se secuestraron niños y bebés; aquí se asesinó por lo menos a un hombre atado de pies y manos, con 68 años, frenteamplista independiente que nada tenía que ver con ninguna guerrilla. En este caso en forma probada -y como muchos sabemos, en otros tantos casos también- se asesinó por pensar diferente y no en el marco de un enfrentamiento armado. 

Que Julio Castro haya sido encontrado torturado, asesinado y enterrado a muchos nos estremece y remueve. Somos los que no queremos que esto pase como una noticia violenta más. Significa mucho. Significa un pedazo de la historia, un pedazo de una verdad. Hay que verla de frente, conmoverse y pensarla. Cada sociedad decidirá cómo resuelve los problemas y conflictos que se le presentan. Tienen esa posibilidad. Se resuelve con la conciencia de lo sucedido, con la información de lo que fue y lo que es.
Pero no tenemos amnesia ni nos tragamos cualquier cuento. No nos hagamos los desentendidos. Enfrentemos lo que somos y decidamos lo que queremos. En forma colectiva y en forma individual. Julio Castro existió, sigue existiendo en la memoria y el sentimiento de muchas personas. Sigue teniendo una voz que se escucha a través de otras voces que lo continúan.
Éste es nuestro presente.

1 comentario:

  1. Muy fuerte! Como evitar la emoción de esta verdad que sale a luz!
    Aunque siempre supimos que cosas similares ocurrieron, la confirmación palpable es un grito desgarrador.
    Igual que la muerte que sabemos que llegará, pero cuando llega nos desgarra, a menos que podamos interpretarla como un paso...

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